domingo, 4 de septiembre de 2011

MENORCA EN KAYAK. (PARTE 1)

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Ja t'ho dire - Si Vens








Es muy difícil poder explicar el sentimiento que se tiene cuando el mar está vapuleando tu barco y tú rezas, inconscientemente o no, para no volcar. La adrenalina fluye sin parar y no te das cuenta que estás agarrotado hasta que las fibras de tus músculos dicen basta. Es, también, harto difícil explicar la sensación que recorre tu columna cuando entras en una cueva en la que apenas cabe el kayak y al mirar hacia arriba y hacia delante ves dos paredes enormes que cada vez se estrechan más.
No se puede explicar el olor y el color de ese mar sin caer en tópicos y/o sensiblerías, así que no lo haré. Explicaré la travesía cronológicamente y os pondré las fotos más chulas y que cada uno de vosotr@s imagine como si fuese el mismísimo Jack London o Herman Mellville el aspecto, el sentimiento y las texturas de un viaje alucinante.

Todo empezó el mismo día 25 al salir de trabajar. Ya estaba libre y después de descansar apenas 3 horitas me levantaría para irme a realizar la travesía, en kayak, a Menorca.
Hice la mochila que me había dejado mi compañero de viaje, me comí una ensalada de pasta de pie en la cocina, me despedí de todos y me fui a buscar a Gerard.
Coche, conducido por mi cuñado, aeropuerto atestado, cola de facturación de 45', café y embarque puntual. Ya en el avión...


... foto friki, como no.

Todo iba según lo previsto y a las 16:15 aterrizábamos en el aeropuerto de Maó. Nos desplazamos en el bus hasta la capital y allí otro hasta, nuestro cuartel general para esa noche, Ciutadella. Ciudad que vale la pena visitar.



Nuestra primera cena típica como no en el...


A la mañana siguiente empezaba todo de verdad. Llegamos al puerto, tarde a causa de malas indicaciones, y nos acercamos al club náutico donde nos esperaba Carlos, nos hizo entrega del material, menos el cabo de remolcaje, y nos dispusimos a estibar nuestros bártulos. Después de una hora más o menos, y cuando ya casi habíamos acabado, vemos aparecer a Carlos en la Zodiac remolcando un par de kayaks hundidos.

-Chicos no salgáis, lo cosa está muy fea.

Mierda, no nos lo podíamos creer. Él se dio cuenta y nos dijo: hacer lo que queráis pero yo no saldría. Id hacia la bocana y comprobadlo vosotros mismos.
Así que después de mirarnos, obviamente, nos subimos en los kayaks y nos acercamos a ver como Poseidón nos tocaba los coj...

La cosa estaba jodida, mi colega que tiene el medidor del miedo "estropeao" me decía que por él seguíamos (O_0) pero que si yo no quería esperábamos. La sensatez, que perdí al día siguiente, la usé en ese momento y nos dimos la vuelta bahía adentro. Dejamos los kayaks cargados en el puerto y decidimos esperar a ver si por la tarde hacía buen tiempo y podíamos empezar. No fue así y tuvimos que buscar un nuevo hostal donde pasar la noche. Gracias al extraño GPS de mi móvil, hace cosas raras, encontramos un hostal que estaba muy bien. El hostal Sa prensa.

Después de la etapa de birras y tapas de sepia a la menorquina y carne en salsa, llega la hora de la verdad. El tiempo no era bueno para salir y, como os decía antes, la sensatez me abandonó y le echamos un par y nos hicimos a la mar. No hay que olvidar que mi colega era la tercera vez que se subía a un kayak y yo la sexta. Si volcábamos...

El parte: "Las tablas de oleaje preveen hasta mediodía fuerza promedio 8 llegando a 9. Con olas de 2.2 metros, irá bajando pero hasta fuerza 6-7. Con el viento de hoy 40 km/h de media y ráfagas de 60-70 km/h habrá mucho mar de fondo fuerza 5-6. Olas dirección norte."

... Lo íbamos a pasar mal. De hecho lo hicimos, lo de pasarlo mal, sin necesidad de volcar. Una vez en la cala en Turqueta, confesamos haber pasado un par de momentos jodidos. Yo me hice polvo las manos, me rasqué los dos pulgares contra la cubierta de mi Laser y me dejé un trocito de cada pulgar en ella. Además de una bullofa abierta, muy fea, que me estuvo recordando los malos momentos cada vez que me tocaba la salada agua de Menorca.
En un momento de oleaje muy difícil, creo que a la altura de es Cap Negre, tuve que bajar los brazos y dejar de palear, estaba roto al intentar avanzar y modificar el rumbo constantemente, en apenas 5 segundos el mar me arrastró 50 metros hacia el acantilado. Pensé que iba a tener caldereta de rocas para desayunar pero supongo que la adrenalina hizo su efecto en mis músculos y me puse a palear con mucha fuerza para salir de allí y seguir adelante. Apunto de volcar en el Cap d'Artrutx, aún no sé que pasó para no hacerlo, solo pensaba en llegar a cala en Bosch. Poco después la calma, no puedo deciros en que momento se aclaró el cielo, que hasta el momento había estado gris, o en que momento dejó de soplar el viento y, el mar, dejó de llevarnos por donde le daba la gana. La cuestión es que llegamos a cala en Bosch y ya hacía este tiempo:


Recuerdo, durante el mal tiempo, haberme acordado de toda la gente quiero, incluso de Laura, como si fuese un Robinson Crusoe, pero no recuerdo mucho más.

Ya con buen tiempo, pero mar movidito, salimos en dirección a cala en Turqueta donde pasaremos la noche. La anécdota del día y que sirvió para aliviar la tensión ocurrió cuando Gerard se tiró al agua y veo, como si se tratase de unos dibujos animados, como se pone a bucear con el chaleco puesto, con lo que se ven sus pies fuera del agua intentando moverse como si buceara y cogiera agua. Yo pensaba que intentaba probar la flotabilidad del chaleco, pero no era así. Como un tritón emerge su cabeza de debajo del agua y lo hace partiéndose de risa...

Yo.- Qué, va bien?
Gerard.- Jajajajajaja, estaba intentando bucear, se me había olvidado el chaleco...
Yo.- Juas, juas, juas...

Ya en Turqueta encontramos una pareja de nudistas muy majos que nos preguntan cosas sobre la travesía, nos dan información sobre las playas en las que han estado y en definitiva echamos unas risas. Un recuerdo para ellos. La tónica general de la isla es así: gente maja, abierta y que te hace sentir cómodo en su compañía. Me ha sorprendido gratamente.

Gerard, experto alpinista y superviviente, a pesar de su corta edad, cuando cae la noche me enseña a encontrar la Polar. Trazando una diagonal entre la Osa mayor y Casiopea, en el justo centro, la estrella que más brilla es la Polar, que nos indica el norte. Me muestra la Vía Láctea, nunca la había visto. También hubo un "momento íntimo", cuando mientras me enseñaba las constelaciones cruzó una estrella fugaz.


Ha sido un buen día: adrenalina a tope, inicio de la travesía, aprender cosas nuevas, ver cosas nuevas, primer día de acampada de mi vida... Y un descubrimiento:


La temperatura desciende 16º en apenas dos horas.
Primera cena de campamento y campamento:


Por la mañana apunto de salir:


Pd.- Empiezo a leer "La llamada de lo salvaje".

Pd 2.-Salir este día fue una temeridad y no debimos haberlo hecho; pero lo hecho, hecho está, así que sólo queda aprender de nuestros errores para no volver a cometerlos.


3 comentarios:

Estela Rengel dijo...

Buah, qué flipada. Es de esas cosas que yo no haría, porque el mar me da mucho respeto, por no decir miedo y porque nunca me metería en algo que no me dejase las piernas libres para poder moverlas. Pero me quedo loquísima con lo que cuentas y sobre todo me encantan las imágenes que nos traes. :)

Nombre: Sianakrom dijo...

Gracias mariposa los próximos días pondré algunas mucho más chulas.

XDD

Anónimo dijo...

La temeridad fue tomar una clara al final de la travesía...

Lo bueno es que a partir de ahora, este "mal tiempo" ya forma parte de nuestro mar habitual, así que el valance de "lo temerario" ha aumentado a una tormenta tropical de fuerza seis.

Brindo por más salidas "kaiakistas.

Gerard Grumete.

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