ESCUCHANDO:
Durante toda mi vida, he tenido la suerte de poder jugar, entrenar, charlar y pelear con personajes importantes en el mundo del deporte. Baloncesto, futbolín, judo, atletismo, hapkido, ajedrez o billar son de los que me acuerdo ahora, y de entre todos ellos, desde luego estoy especialmente orgulloso de haberme enfrentado a cuatro campeones del mundo.
El primero fue un campeón del mundo infantil. Ya sé que algunos pensaréis -vahh infantil- pero estáis equivocados, no os podéis imaginar el nivel que tiene un campeón del mundo de ajedrez.
Es canadiense,
y por entonces tenía 12 añitos y ya no jugaba desde hacía bastante tiempo, porque la presión era enorme y prácticamente no tenía vida.El chaval estaba de intercambio en mi ex colegio al que yo iba a jugar a baloncesto de vez en cuando.
Por casualidad, en aquel entonces, me juntaba con un compañero y jugábamos unas partidas, el nos preguntó si podía jugar con nosotros y nosotros accedimos. No hace falta que os diga como acabó la cosa.La verdad es que después de aquello estuve un tiempo sin tocar un peón. Después de unir nuestras fuerzas contra él, mi compañero se marchó y yo empecé a jugar solo.
Acabé ganando... pero con truco claro está. Él, para no aburrirse, empezó a quitarse piezas hasta que calló después de 40 minutos jugando solo con los alfiles.
Era mi primer enfrentamiento con un campeón del mundo y lo disfruté enormemente, aprendí mucho, y me sabe mal no acordarme de su nombre, creo que era Phillipe, pero no estoy seguro.
Espero que esté por ahí dando palizas ajedrecísticas a incautos y disfrutando la vida, por la cual, dejó el deporte que tanto amaba.
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