DAÑOS COLATERALES

VIENDO: Nada
ESCUCHANDO:



No sabían como lo habían perdido todo. Empezaron perdiendo el trabajo, luego el coche, y después de dejarles la casa vacía de recuerdos, empezaron a perder la comunicación. Cada mirada parecía un reproche buscando una respuesta. Pero la única respuesta era la crisis y la mala gestión de un gobierno corrupto. Después de que les echaran de casa, eso ya no servía como respuesta, sólo era una llaga en forma de pregunta, ¿por qué?.
Habían empezado de nuevo hacía muy poco tiempo y se habían encontrado en medio del desastre sin darse cuenta. Muchas veces se decían que habían tenido suerte de no haber tenido hijos, ¿qué hubiesen hecho entonces?. Los padres de ambos habían muerto jóvenes, eso les había unido más si cabe. La falta de familia y la desaparición de sus "amigos", les dejaba totalmente solos para enfrentarse a un huracán que se lo tragaba todo a su paso.
Las colas en los comedores sociales, las peleas en las basuras de los supermercados o los empujones en las puertas de la iglesia para conseguir algo de ropa hacían que los días, cada vez, fuesen más y más duros. Ella menuda, casi siempre le daba a él muy corpulento, la mitad de su comida. Lo hacía con una sonrisa en los labios, y él la aceptaba con lágrimas en los ojos. Necesitaba tanto esa comida como sentir a esa pequeña mujer entre sus brazos. Eso es lo único que había mejorado, mejor dicho, eso era lo único que se había acentuado, los sentimientos. Nunca se había sentido tan cerca, nunca la había sentido tan suya, ni él se había sentido tan suyo.
Sentados en el malecón, con los pies colgando, parecían esperar que arribara un barco con la solución a sus problemas. Parecían esperar que alguien les tendiese una mano con el reconocimiento por haberlo intentado todo pese a no haberlo conseguido. Pero lo único que llegaba eran las gotas de espuma que les salpicaban en la cara.
Los ancianos se dieron la mano, y mirando el mar en el rompiente se lanzaron al vacío.