ESCUCHANDO: The shield
Fría y solitaria es como se sentía. Lo gritaba a los cuatro vientos para quien quisiera escucharla, pero nadie lo hacía. Siempre mirando a la gente, observando, conociéndola. Lo sabía todo de ellos. Años de observación le hacían conocer el futuro de esa pareja que discute, aquella madre que riñe a su hijo por sacar malas notas o la chica que llorando se aleja de ella.
Todo el mundo se alejaba de ella, nadie permanecía mucho tiempo a su lado y eso la hacía estar triste permanentemente. Muchas veces pensaba al ver llegar a la gente que alguno se quedaría, pero fuera como fuese ella no lo podría retener. Si se quedaba no lo vería más y si lo veía, otra vez, sería para ver como se marchaba.
En los días buenos se sentía como el principio de algo, el amanecer de un sueño, como la huida de un infierno o el inicio de una aventura. Los días malos era todo lo contrario, un sueño acabado, inicio de un infierno o el ocaso de un sueño.
La verdad es que poco podía hacer yo por ella, sólo escuchar sus historias, las historias que a lo largo de tantos años había acumulado.
Ahora te está esperando, para que inicies o acabes. Todo depende de ti.
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