ESCUCHANDO: Rac1
Hemos llegado a un punto en el que casi da miedo hablar. Vivimos en un mundo en el que, como siempre, algunos han decidido por todos los demás. Como en otros ámbitos de la vida esos pocos, que nunca se sabe quién son, han extendido el "miedo" a ciertas
palabras que si las pronuncias, de forma automática, quedas etiquetado como: racista, homófobo, fascista, machista, misógino u otras lindezas por el estilo. El tono utilizado para decir esas palabras ya no importa. Da igual que digas negro con el mayor de los respetos o, simplemente, con tono neutro para evitar otorgarle cualquier tipo de "especialidad", puesto que eso, en mi opinión, no hace más que marginar aún más si cabe a un colectivo, en lugar de conseguir la normalidad. Hay que decir hombre de color para ser políticamente correcto... ¿Hombre de color? y... ¿De qué color?
La palabra marica es otro gran ejemplo. Da igual las veces que repita, jure y perjure que no tengo nada en contra de los... Casiiiiiiiiiii... Homosexuales, oops!! Perdón que ésta ya se está convirtiendo, también, en tabú, los gays quería decir. Pues eso que da igual lo que haga o diga, la gente cree que tengo algo en contra por llamarlos maricas.
Hay bastantes palabras más que todos conocéis y que no voy a listar. Aunque si me gustaría nombrar la palabra gordo, especialmente si es en femenino, que casi todos hemos tenido que explicar después de decirla y bajo el acoso de miradas asesinas. Y la otra que quiero nombrar es... TETAS, que tendrá post aparte, osea mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario