ESCUCHANDO: Marea “Corazón de mimbre”
Al llegar a casa miro el catálogo de puntos movistar, tras decidir el nuevo afortunado me dispongo a salir cuando entran mis padres, que habían ido a comprar cuatro cosillas, así que salimos los tres a hacer unos recados:
-Ir a ver si la pelu está vacía y está Beny
-Cambiar el susodicho…
-Enmarcar mi foto de “El buscavidas” que ya se ha vuelto en blanco y negro, por la espera.
-Comprar EKO
-Comprar más cosillas
A medio camino empieza a llover. –Cuatro gotas, sólo es una nube- Frase favorita de mi madre. A los tres segundos comienza el diluvio. Justo al lado un acogedor parking nos guarece de la lluvia. –Cuatro gotas, sólo es una nube- Repite mi madre.
Una hora después seguimos en el puñetero y acogedor parking, cosa que me lleva al título del post (¡Joder como divago!) Bueno pues resulta que al lado del garaje hay una guardería, estábamos situados en una calle de un solo carril, así que llega un hombre con su automóvil y se mete en la entrada del aparcamiento, para dejar paso al resto de vehículos, y recoger a su niño. A los diez minutos, otro hombre (nótese que especifico el sexo en ambos casos) en una furgoneta realiza la misma maniobra.
Ahora ya sabéis por donde va. Efectivamente al rato aparece una MUJER y planta su flamante Volvo sport-wagon en medio del carril para recoger al nene. Justo detrás un abuelito, en su AX de hace 20 años, con cara de circunstancias y de tener la vejiga a punto de estallar la mira como intenta meterse en el coche, sin cerrar el paraguas para que no le caiga ni una gotita en el moño.
En ese momento me vinieron a la mente unas frases que le van al pelo:
-¡Mujer tenías que ser!
-Mujer al volante, peligro constante
-Mujeres y taxistas son unos terroristas
1 comentario:
Eh, que al abuelito no le dejaron tiempo a liarla. Porque los abuelitos también se las traen...
Si aun no has pillado móvil, llámame, que mi mami te hace ofertas mu majas en la tienda.
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